La caída de cabello, o su extremo, la alopecia, es una situación que afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque de forma desigual.
Tal como arrojan los datos, España es uno de los países del mundo a los que más afecta esta cuestión, y cada año hay más casos detectados de caída de pelo y alopecia.
Esto responde en la mayoría de los casos a una cuestión genética, lo que llamamos alopecia androgénica, pero, ¿tanto han cambiado nuestros genes de un año para otro?
O, por el contrario, ¿existen más motivos para este crecimiento de los casos de alopecia?
Los estudios apuntan a que, llegados los 45-50 años, más de la mitad de los hombres padecen caídas notables de pelo, o alopecia (y las mujeres una cifra menor pero también considerable, en torno al 40% notan caídas de pelo importantes tras la menopausia).
Pero el dato sorprende más a medida que pasan los años, pues a partir de los 70, el porcentaje de hombres que no padece calvicie o efluvios capilares muy intensos, es muy pequeño.
Vamos a intentar explicar cuáles son los motivos que propician estas caídas de pelo, tanto en hombres como en mujeres, de cara a conocer mejor el problema y saber cuándo recurrir a un injerto de pelo.
ALOPECIA ANDROGÉNICA
Es la razón más común por la que se acude a los especialistas. En la mayoría de los casos el motivo principal para la caída de pelo es este.
Consiste en una predisposición a perder cabello de forma pronunciada, y se multiplica cuando otras variables que veremos a continuación, aparecen.
Mucha gente cree que se puede revertir o frenar, sin embargo, lo que se puede revertir o frenar es aquella proporción de efluvios que estén relacionadas con nuestra voluntad, pero la que nos determinan los genes, es imparable de forma voluntaria.
EDAD
La edad es otro factor importante, pues sus efectos son inevitables en la vida humana. Podemos también retrasar todo lo posible algunos efectos de la edad, pero ni mucho menos, ignorarlos.
Con la edad el entorno hormonal cambia, tanto en la mujer con la menopausia, como en el hombre con la andropausia (más extendida de lo que se cree).
Estas situaciones perjudican nuestro sistema hormonal de forma muy notable, rebajando el valor de algunos marcadores biológicos, y haciendo que perdamos calidad en muchos tejidos, y caídas de pelo importantes.
Esto suele ir acompañado de otras cosas como pérdida de densidad ósea, o empeoramiento de la calidad de la piel. No es solo el cabello lo que empeora.
ALIMENTACION
Hay muchas personas que creen de buena fe, que están cuidando su salud por salir de vez en cuando a caminar, o incluso por hacer deporte regularmente.
Sin embargo, se descuida muchísimo el tema de la nutrición. Comer está muy lejos de ser simplemente una actividad que ‘’quite el hambre’’.
Comer es la principal fuente de obtención de nutrientes, junto con la exposición solar, que tenemos.
Mediante la nutrición, le damos a nuestro cuerpo los materiales y la información necesaria para su correcto mantenimiento y funcionamiento, y si no se lo aportamos, comenzamos a tener problemas como la pérdida de cabello.
Informarse sobre las vitaminas y minerales que necesita nuestro cabello y nuestras uñas, es crucial para mantener una buena salud.
ENTORNO
En muchos casos sabemos que es difícil de cambiar, pero en otros, tenemos la solución a la vuelta de la esquina y no nos damos cuenta.
El entorno le da una información al cuerpo sobre el estado en el que tiene que encontrarse. Un entorno rodeado de estresores, tanto emocionales como químicos, hace que nuestro cuerpo esté permanentemente haciendo labores depurativas y adaptativas al estrés, y como podréis imaginar, una de las consecuencias es la caída de pelo.
Las causas específicas de cada uno es necesario concretarlas con un especialista, pero los datos nos dicen que estas son las causas principales que llevan a las personas a considerar un injerto capilar. Es importante tenerlas en cuenta para evitar problemas más graves.